En Aura de Carlos Fuentes alguien toca la aldaba de una puerta y siente como esta se retuerce en su mano. Es la misma mano que Hoffman ha imaginado en la Ensaladera de Plata. El cuento de Hoffman es una sombría alucinación, el de Carlos Fuentes una pesadilla que tiene esa inconsistencia imposible de los sueños. Las dos obras en realidad tienen la misma clave. El personaje escribirá el cuento y así será libre; la libertad en el caso de Hoffman es también un premio, en el caso de Carlos Fuentes esta libertad es la muerte.
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